
Olga Patricia Gómez es una mujer emprendedora, orgullosamente bogotana, de 50 años, tecnóloga en Protección y Recuperación de Ecosistemas Forestales, actualmente radicada en Gualanday, Tolima. Pertenece a la población LGBTI y ha construido su hogar junto a una “manada” de perros y una gata, que considera sus hijos.
Desde hace casi una década lidera Huerto de Noé, un proyecto agroecológico nacido a partir de un plan semilla impulsado por la Gobernación del Tolima y la Alcaldía de Ibagué. Este emprendimiento surgió tras una lectura universitaria sobre cultivos caseros y seguridad alimentaria, y hoy se consolida como una apuesta firme por el alimento sano, orgánico y comunitario.
Con el eslogan “Cultivamos alimento, cultivamos comunidad”, Huerto de Noé se dedica a la producción y comercialización de alimentos orgánicos, plántulas, humus y otros insumos que promueven la soberanía alimentaria en los hogares colombianos. Durante la pandemia, Olga jugó un papel clave al liderar convocatorias virtuales para capacitar a la comunidad, especialmente a la población LGBTI, en la creación de huertos caseros. Junto a la ingeniera agrónoma Ángela Casayas, logró impactar positivamente a muchas familias desde su sede en Gualanday, Tolima, donde opera un sistema agroforestal en una casa quinta del barrio La Estación.
En 2021, fue reconocida por el Concejo Municipal de Coello por su labor social y ambiental.
Actualmente, el enfoque principal del emprendimiento está en la producción de orellanas (setas), usando un proceso sostenible que emplea residuos orgánicos como bagazo de caña, salvado de trigo, cal y cartón. Estas materias primas se transforman en un sustrato especial para inocular el micelio, el cual, tras un proceso de incubación y fructificación, da origen a las orellanas. La comercialización se realiza de forma directa, a través de redes sociales, WhatsApp y ferias especializadas, además de alianzas con la Asociación de Fungicultores.
Huerto de Noé no solo vende orellanas frescas, sino también productos derivados como mermeladas, antipastos, postres, “fungimango” y próximamente una línea alimenticia para perros, vinculando este proyecto con su otro emprendimiento: Parche Canino, dedicado al adiestramiento canino.
Olga tiene claro su propósito: generar empleo, producir alimento saludable, crear conciencia ambiental y expandir su impacto a nivel local, nacional e internacional. Su visión a futuro incluye exportar la orellana, ampliar su capacidad productiva y seguir promoviendo una vida más autosuficiente y sostenible desde los hogares.