
En Icononzo, al oriente del Tolima, trece mujeres caminan juntas una misma convicción: transformar no solo la fruta que cultivan o compran a sus vecinos, sino también su propio destino. Son integrantes de ASOMUFAN, una asociación de mujeres en proceso de reincorporación que encontraron en la agroindustria una oportunidad para construir paz con trabajo, sabor y dignidad.
Lideradas por Diana Celeste Cardoso Herrera, estas mujeres han logrado conformar un emprendimiento legalmente constituido que apuesta por la transformación de frutas en pulpas, mermeladas, trozos y postres. Con una planta propia, maquinaria adecuada, infraestructura de refrigeración y registro Invima, ASOMUFAN está lista para producir en condiciones óptimas de calidad. Cultivan sábila, procesan fruta comprada en su comunidad, y ya cuentan con facturación electrónica, muestra de su compromiso con la formalidad.
Sin embargo, no todo ha sido sencillo. Actualmente, la planta no está en operación debido a una necesidad urgente de capacitación en procesos de manipulación, producción y control de calidad. Aunque tienen el conocimiento del territorio y la voluntad para avanzar, aún enfrentan retos en temas contables, financieros y de gestión administrativa. No llevan un control estructurado de gastos, ni registros de ventas, compras o rentabilidad. La gestión se realiza principalmente en efectivo y sin herramientas digitales.
Gracias al acompañamiento recibido en las mentorías financieras, el equipo de ASOMUFAN ha empezado a construir un flujo de caja diario, trimestral y anual, y recibió asesoría para entender cómo organizar ingresos, costos de insumos y gastos operativos. Además, se les orientó en la búsqueda de formación virtual para fortalecer sus capacidades en transformación de alimentos.
ASOMUFAN no es solo una asociación: es símbolo de reconciliación, autonomía femenina y trabajo colectivo. Cada frasco de mermelada y cada pulpa empacada representa un esfuerzo por renacer en paz, por construir oportunidades desde el campo, por demostrar que la reincorporación también se puede hacer con frutas, con esfuerzo y con sabor a esperanza.