Ana Elcio Viedo, nacida en San Antonio, Tolima, es agricultora, madre de cinco hijos y una mujer visionaria que ha dedicado su vida a transformar la realidad de las mujeres rurales a través del café. Como representante legal y cofundadora de la Asociación FAMILUGO, junto con Idaly Marín, ha liderado un proceso de emprendimiento y empoderamiento femenino que ha permitido a muchas mujeres superar situaciones de violencia y vulnerabilidad.
Bajo su liderazgo, FAMILUGO se ha consolidado como una organización de mujeres caficultoras comprometidas con la producción de café especial y su transformación en productos de alta calidad. Durante más de 14 años, la asociación ha trabajado en el procesamiento de café pergamino, café tostado en grano y molido, e incluso ha incursionado en la producción de licores. En este camino, han creado la marca LUGOF – La Vida Hecha Historia, reflejando las experiencias y resiliencia de cada mujer que hace parte del proyecto.
El propósito de Ana Elcio ha sido claro desde el inicio: generar oportunidades para las mujeres del campo, brindarles herramientas para su independencia económica y fomentar el trabajo comunitario. Inspirada por su propia experiencia con la violencia intrafamiliar y el conflicto armado, decidió crear un espacio donde las mujeres pudieran reconstruir sus vidas y encontrar una fuente digna de sustento en el café.
Gracias a su compromiso con la capacitación y el aprendizaje, Ana Elcio y su equipo han recibido formación del SENA y han participado en ferias internacionales, lo que les ha permitido expandir su conocimiento y mejorar la calidad de su café. Actualmente, trabajan en el programa Cafénix, de la Cámara de Comercio, para fortalecer la comercialización del café pergamino y lograr posicionarlo en mercados nacionales e internacionales.
La visión de Ana Elcio Viedo para el futuro es ambiciosa: establecer una planta de procesamiento completa en San Antonio, Tolima, que permita a las mujeres manejar todo el ciclo productivo del café sin intermediarios, generando empleo para jóvenes y evitando el abandono del campo. Su sueño es que FAMILUGO logre exportar su café directamente y que el trabajo de estas mujeres sea reconocido y valorado en el mundo entero.