Su vida ha estado ligada al trabajo en el campo, pues creció y actualmente vive en una finca junto a su esposo e hijo. Además de ser ama de casa, ha encontrado en el emprendimiento una nueva pasión con ChocoMirez, una marca de chocolate artesanal que nació hace casi dos años.
El origen de ChocoMirez está profundamente ligado a su familia. La idea surgió cuando su hijo, en su último año de colegio, participó en un proyecto de emprendimiento. Como en la finca ya cultivaban cacao, decidieron explorar la posibilidad de darle un valor agregado. Así, comenzaron a procesarlo manualmente, convirtiéndolo en tabletas de chocolate natural.
Desde entonces, Judy, su esposo y su hijo han trabajado juntos para sacar adelante el negocio. Toda la producción se lleva a cabo en su finca, El Progreso Verde del Cairo, en Armero Guayabal, y el proceso es completamente artesanal. Desde la cosecha y fermentación hasta el tostado y empaquetado, cada etapa es realizada a mano, garantizando un producto puro y libre de químicos.
El propósito de ChocoMirez es ofrecer un chocolate natural y saludable, sin aditivos artificiales. Aunque actualmente trabajan bajo pedido, su visión a futuro es ampliar la producción y lograr distribuirlo en diferentes puntos de venta. Sin embargo, el crecimiento ha sido un desafío, ya que la falta de maquinaria especializada hace que el proceso sea lento y físicamente exigente.
Para vender y promocionar sus productos, ChocoMirez utiliza WhatsApp, Facebook, Instagram y TikTok, aprovechando las redes sociales para llegar a más clientes. Además, la recomendación de familiares y clientes ha sido clave en su crecimiento.
A pesar de los retos, Judy sigue convencida de que con esfuerzo y dedicación, su negocio podrá consolidarse en el mercado y convertirse en un sustento para su familia.