Erika Paola Daza: pasión por el café, liderazgo y emprendimiento en el Tolima

Desde las montañas de Herveo, Tolima, Erika Paola Daza ha construido una historia de amor por el café que inició en su infancia y la llevó, con el tiempo, a convertirse en representante legal de la Asociación El Cable. Su vida ha estado marcada por la conexión con el campo y el deseo de impulsar el café tolimense, no solo como un producto de alta calidad, sino como un motor de desarrollo para los caficultores de la región.
Nacida en una familia caficultora, Erika creció rodeada del aroma del café recién tostado y del esfuerzo diario de quienes cultivan esta bebida que identifica a Colombia en el mundo. Aunque completó su educación secundaria, su verdadera vocación siempre estuvo en el campo. A través de su esposo, quien era socio de la asociación, se involucró más profundamente en la producción y comercialización del café hasta encontrar en este producto una oportunidad de crecimiento y transformación.
Hoy, como líder de la Asociación El Cable, una organización con 16 años de historia y conformada por 69 socios, Erika ha asumido el reto de agregar valor al café de la región. Desde hace cuatro años, la asociación lanzó al mercado su propia marca, Café El Cable, un café que se distingue por su calidad y por ser cultivado por los propios asociados. A través de un modelo de comercialización justo y sostenible, se garantiza que el grano que llega a los consumidores provenga de los caficultores que hacen parte de la asociación, generando así un impacto directo en sus familias y en la economía local.
El café se comercializa principalmente en la Tienda El Cable, ubicada en el casco urbano de Herveo, justo al frente de la alcaldía. Además, se han abierto espacios en tiendas locales y se han concretado pedidos fuera del departamento, gracias al reconocimiento que ha ganado el producto en el mercado.
Pero el espíritu emprendedor de Erika no se detiene en el café. Recientemente, ha impulsado un nuevo producto: avena de aguacate, una bebida innovadora que ha tenido gran acogida en la tienda y que representa otra apuesta por la diversificación y el aprovechamiento de los productos de la región.
Más que una caficultora, Erika es una gestora del desarrollo rural, una mujer que ha sabido combinar tradición y emprendimiento para fortalecer la economía de su comunidad. Bajo su liderazgo, la Asociación El Cable sigue creciendo, apostando por la calidad, la sostenibilidad y el compromiso con sus productores, llevando el sabor del Tolima a nuevos horizontes.