
En un pequeño taller artesanal de Ibagué, entre esencias naturales, ceras ecológicas y frascos reciclados, nace cada día una chispa de luz con propósito. Es Saturno Crendo Studio, el emprendimiento liderado por Daniela Díaz, una joven tolimense que ha encontrado en la creación de velas una forma de sanar, conectar y emprender con sentido.
Más que un producto decorativo, cada vela que sale de su estudio está pensada como un acompañamiento emocional: aromas para calmar la ansiedad, colores para despertar la creatividad y talleres que invitan al silencio, la reflexión y el bienestar. “La idea nació en pandemia, como una forma de terapia personal, y luego se transformó en una propuesta que conecta a otros con su mundo interior”, cuenta Daniela mientras mezcla esencias de lavanda y bergamota en uno de sus frascos.
Saturno Crendo Studio no solo produce velas con diseños personalizados y ecológicos, también ofrece talleres vivenciales en los que los participantes crean su propia vela, mientras practican técnicas de mindfulness y aromaterapia. “Es una experiencia sensorial que ayuda a bajar el ritmo, a reconectarse y a regalarse un momento propio”, explica la emprendedora. Esa experiencia, afirma, es tan valiosa como el producto final.
Sin embargo, como muchos emprendimientos jóvenes, Saturno también enfrenta retos. Aunque tiene una identidad clara, una propuesta de valor sólida y un nicho definido, aún se encuentra en proceso de formalización jurídica y de implementación de herramientas contables y digitales. Con el acompañamiento recibido en el programa de mentorías, Daniela ha iniciado el diseño de flujos de caja, presupuestos y estrategias financieras que le permitirán escalar y sostener su negocio a largo plazo.
Con una mirada hacia el futuro, Daniela sueña con convertir Saturno Crendo Studio en una marca referente de bienestar artesanal, ampliar su presencia en redes sociales, abrir su propia tienda física y seguir creando comunidad alrededor de la luz, el aroma y la intención. Porque para ella, cada vela encendida no solo ilumina un espacio: también puede iluminar un estado del alma.